¿Quién Sigue las Sombras?
Quizás te preguntes quién soy, qué me impulsa a adentrarme en los rincones olvidados donde residen estas criaturas. No soy un héroe ni un cazador. Mi nombre importa poco; soy simplemente un testigo, un erudito de lo arcano, consumido por una insaciable curiosidad por aquello que la mayoría prefiere ignorar o temer.
Mi viaje comenzó hace años, impulsado por fragmentos de saber prohibido y relatos susurrados junto al fuego. He dedicado mi vida a rastrear estas leyendas, a separar el grano de la paja, a documentar la existencia de seres que desafían nuestra comprensión del mundo natural. No busco fama ni fortuna, solo conocimiento, por esquivo y peligroso que sea.
Este bestiario y mi diario son los únicos registros de mis andanzas. Son un intento de preservar lo que he visto y aprendido, antes de que las sombras me reclamen o la memoria me falle. Mi trabajo es solitario y a menudo ingrato. He enfrentado peligros que helarían la sangre y he visto maravillas que desafían la descripción.
Mi propósito sigue siendo el mismo que al principio: observar, registrar, comprender. No juzgo a estas criaturas, ya sean benévolas como las Anjanas o malévolas como la Guaxa. Simplemente doy fe de su existencia en este tapiz oculto de Iberia. Si mis notas sirven para advertir, iluminar o simplemente despertar la maravilla ante lo desconocido, entonces mi ardua labor no habrá sido en vano.
Recuerda: el conocimiento es una luz, pero algunas sombras es mejor no perturbarlas demasiado.